La disfunción eréctil puede ser psicológica?

La disfunción eréctil es un problema extendido, con serias implicaciones para aquellos que lo padecen y sus parejas. Se puede afirmar que a nivel fisiológico la disfunción eréctil no es generadora de ansiedad, aunque la forma en que se han definido socialmente las expectativas sexuales, favorece la aparición de variables psicológicas como la ansiedad por rendimiento, que tienden a su vez a complicar el hecho de obtener una erección satisfactoria.

Por lo tanto la creación y la difusión social de estas expectativas sexuales ha dificultado que los afectados con este padecimiento busquen ayuda profesional, así según el National Institute of Health [NIH] (Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos) sólo el 10% de los pacientes buscan tratamiento (NIH, Consensus Development Panel on Impotence, 1993).


Por otra parte según Ellis (1980) las concepciones sociales alrededor del sexo se manifiestan en la persona a través de creencias, así cuando estas creencias interfieren con el funcionamiento sexual pueden ser definidas como creencias irracionales relacionadas al sexo.


Por lo tanto se puede considerar que las demandas con respecto a la erección y el desempeño sexual que se mantienen en la sociedad costarricense, pueden catalogarse como creencias irracionales según el modelo de Ellis; por lo tanto se considera importante tomar en cuenta que la incapacidad de mantener una erección, podría eventualmente tener un origen psicológico y lesionando el bienestar psíquico y relacional de los afectados por esta condición, lo que a su vez podría generar una dificultad adicional a la hora de relacionarse genitalmente.